viernes, 27 de noviembre de 2015

Carta a la fluoxetina

Es automática esta tranquilidad que me inquieta los nervios cuando estás dentro de mí.
Tan suave y tan rígida me raspas frágilmente la garganta. Quiero tener más de tí. Más.
Cuando me siento desanimada la ira desaparece, esa desgana de querer moler a golpes al mundo.
Me robas sonrisas y besos. Unas cuantas caricias aunque no se sientan reales. Son como pétalos que caen de una flor, hojas que ya están secas y buscan deslizarse bailando liberándose del árbol para perderse en el viento.
Sobre todo me elevas y cuando despierto del vuelo sigo soñando que planeo entre nubes.
En confusión, pero segura de tenerte, pues no sé como podría abandonarte.
Y cada vez que la pienso, pienso en tí también, y me pregunto: ¿Por qué si me traes de vuelta tantos recuerdos, no me traes en una ráfaga el suyo?
Quiero acordarme de su cara y de la textura de su piel.  Pero entonces golpeas mi pensamiento con una difusa alegría, en tu lucha contra el apego y en el archivo de tu olvido me avientas palabras, olores, a veces sonidos. Y entonces recuerdo algo borroso. Como una masa incolora y etérea de mierda que me sonríe cruel.

miércoles, 7 de octubre de 2015

La EME babeada

Había una vez una pieza de rompecabezas, que nació en una familia de legos. Siempre se había preguntado porqué ella no era igual a sus hermanitos, sin embargo le gustaba ser pieza de rompecabezas porque era más delgada y podía comer sin engordar, y, ¿a quién no le gusta eso?.
Con los años se le fue pintando en el frente una figura que asemejaba dos montañas, eran montañas de color azul. Hasta que un día se dieron cuenta que lo que se le había pintado era en realidad la letra EME.
Ya de adulta tenía que buscar trabajo, así que decidió intentar en casas particulares de niños intelectuales que arman rompecabezas, quería pertenecer a un rompecabezas de mapamundi o tal vez a alguno de arte donde fuera parte de un hermoso mural. Sin embargo se le complicó mucho.
Un domingo mientras tomaba el café, la pieza de rompecabezas de letra EME leyó en el periódico un aviso donde anunciaban una vacante para un centro recreativo. Entonces EME se emocionó. Siempre había querido ser parte del mundo del entretenimiento.
La entrevista fue en realidad rápida y sin mucha información. Tan sólo le dijeron que conocería a piezas provenientes de diferentes juegos de mesa y eso la emocionaba. Así que aceptó sin dudar.
Pero EME tenía que lidiar con escuincles insoportables que la lanzaban junto con otras piezas d rompecabezas a través de los toboganes y a las caras de otros niños. Era víctima de infantes malvados que la usaban para todo menos para armar un rompecabezas. Lo más terrible que tuvo que vivir EME fue una vez que un bebé la tomó y se la echó en uno de sus bolsillos mientras gateaba a través de uno de los túneles para introducirla en su boca y saborear su piel de cartón. EME terminó llena de baba. Entonces decidió renunciar a su trabajo en el área de tobogán y alberca de pelotas, para ir en busca de sus sueños.



martes, 22 de septiembre de 2015

El péndulo mágico

Había una vez un péndulo mágico que decía mentiras, hasta que un día dijo la verdad. Después todos querían usarlo, colgárselo de arete o lucirlo en un collar, colgárselo en los cinturones y a veces de las agujetas de los zapatos. Entonces, todos quienes lo usaron se volvieron reales; aunque el péndulo nunca existió.

viernes, 4 de septiembre de 2015

He recorrido los bosques de tu cabello durante tormenta, bajo la lluvia, en días soleados, por debajo de las nubes.
Hemos bailado juntas sobre la sábana aterciopelada de tu piel. Y que maravilloso ha sido bailar. Porque moverse al mismo ritmo es caer bajo un hechizo.
A veces me he perdido en tus labios, en tus palabras cuando hablas, no se lo que dices, sólo te observo.
Una vez me sorprendí al escuchar tu voz de tan cerca, fue la primera vez que entendí la dulzura.
He tratado de nadar entre lágrimas y casi me ahogo la última vez. Nunca he aprendido a nadar.
Recuerdo tus caricias. Aquella tarde en que corrimos por la arena, que corriste sobre mí, sobre la arena de mis piernas. Y sabes. Que bella eres. Toda tú. 
Soñé que me deslizaba como un hada por la curva de tus hombros y recorría también las líneas de tu sonrisa.
Después me perdí. No encontré salida después de entrar en tus ojos.

martes, 23 de junio de 2015

El idioma de las vacas


Yo soy una vaca, vivo en un corral, pero no siempre he vivido aquí, cuando era pequeña mi mamá siempre me dijo que yo era alguien importante, me dijo: tu cambiarás al mundo; y yo me ponía toda emocionada y felíz.
Los días eran todos iguales, me traían el agua y salía a veces a pastar con mis demás compañeras vacas.
En ocasiones cuando regresábamos de pastar ya no las volvía a ver. Dicen que se mueren, se sacrifican por los humanos, me comentaba Muu, pero yo creo que no era un sacrificio sino un asesinato.
Un día un chico nuevo entró a trabajar, era muy callado, nunca hablaba con sus demás compañeros y siempre tenía una cara larga. Nos cuidaba y a veces se ponía a cantar. Un día cuando se le cayó el agua del contenedor yo le dije: Mierda! (pues no me gusta mojarme las patas). A lo que el respondió: Disculpa, ¡pero no tienes que ser tan grosera!.
El muchacho me podía entender, y a todas las demás también. Por eso nunca hablaba con nadie de los humanos, porque el sólo hablaba el idioma de las vacas.
Un día el se acercó a mí y me dijo: Vaca, yo sé que tu eres especial, eres sagrada, pero las demás no lo saben. Tengo que sacarte de aquí antes de que te maten. Esto es lo que haremos...

jueves, 26 de marzo de 2015

La palabra mágica

Había una vez una niña indígena que se avergonzaba de sus raíces, cada vez que iba a la escuela se burlaban de ella diciéndole indita y ella no hacía más que llorar. Su papá siempre le dijo que cuando se sintiera triste pronunciara la palabra mágica Kiilbajchaak y cosas extraordinarias pasarían. Pero al ser una palabra maya, ella jamás se atrevía a decirla.
Una noche se atrevió a decir la palabra mágica en un sueño y descubrió que tras decirla, el cielo retumbaba con truenos y se caía
de tanta lluvia.
La mañana siguiente, un comienzo nublado, pues había llovido toda la noche. Durante el receso sus compañeritos la molestaron de nuevo, frente a ellos un enorme charco. Al recordar su sueño de la noche anterior, pensó, si en mis sueños puedo hacerlo seguro aquí también. Y dijo a todo pulmón Kiilbajchaak. Entonces el agua del charco se alzó en un remolino que después salpicó frente a ellos.
Nicte Ha se reía a carcajadas de ver a sus compañeros empapados, repitió la palabra mágica, con una sonrisa en su rostro y una tormenta se hizo presente asustando a todos los niños que jugaban afuera en el recreo.Nunca más volvieron a molestarla.

sábado, 21 de febrero de 2015

El hada verde

Había una vez un hada verde, toda verde con destellos ocre, se confundía con la alfombra de hojas secas que decoraban los parques en otoño. Ella y las demás hadas se sentaban en las ramas de los árboles a observar a las parejas. Un día el hada verde miraba como una de sus amigas hadas lanzaba polvos mágicos sobre una pareja de enamorados, el hada bailaba felíz, mientras el polvo estelar envolvía de color tornasol al hombre y a la mujer. Entonces cuando el hada volvió a la rama con las demás, el hada verde le preguntó: ¿Por qué les lanzas tan pocos polvos mágicos? Creo que deberías darles más. Entonces su amiga le respondió: Les dí polvos para un año, que es lo que les durará el amor.

jueves, 19 de febrero de 2015

La princesa traga penes

Había una vez una princesa que creía en la amistad entre un hombre y una mujer. Después la bruja malvada la raptó para convertirla en un pulpo gigante traga penes, y bueno, murió de indigestión. Cuando despertó del sueño de su existencia, se había convertido en una sirena que nadaba entre serpientes pene color neón, sin embargo, no podía aguantar la respiración bajo el agua, y volvió a morir.

martes, 10 de febrero de 2015

Chema, el perro del ojo de vidrio (parte 2)

Miren. Ahí viene Chema. Parece que se va a acercar con nosotros. No. El no convive con gatos. Siiii. En serio. Viene para acá. Chema les contó lo sucedido, a lo que los gatos reaccionaron asombrados. Entonces empezaron a idear un plan de rescate. Se reunieron en la casa abandonada de la esquina y escribieron en el pavimento, dibujando con sus patitas remojadas de lodo. Mientras tanto, el chico malo ya tenía a la muchacha dentro de su casa, tenía en mente muchas cosas malas por hacerle, así que la ató a una silla y le bendó los ojos con un pañuelo rojo. El plan estaba terminado, así que Chema y los gatos pusieron manos a la obra. La agilidad de los felinos consiguió que pudieran entrar en la casa. Ya estando dentro, se separaron en grupos. Mau, el gato, se colocó en uno de los marcos de las ventanas de la sala, desde donde podía observar también lo que ocurría en el comedor. Aunque la casa estaba un poco oscura, había un par de velas que alumbraban la estancia. La muchacha estaba ahí sentada a la mesa y en silencio. Ay nooo. Tenían que ayudarla pronto, entonces Mau empezó a maullar para llamar la atención del chico malo y distraerlo. Miiiiau Miiiiiau. ¡Un gatito! ¡Lorenzo un gatito se metió!. El chico malo salió de la cocina con una charola en mano. Al destaparla después de haberla colocado en la mesa, Mau pudo observar que se trataba de una humeante y deliciosa cena de espagueti y carne. Lorenzo fue a la cocina por un plato y le ofreció un poco a Mau. Después se dirigió al comedor frente a la muchacha la besó en la boca y le dijo: Espero te guste la sorpresa. Él le desató el pañuelo y ella al ver la romántica cena que le esperaba lo abrazó con ternura. Todos los demás gatitos se acercaron a comer también espagueti. Al entrar Chema se quedó mirando muy confundido.

lunes, 9 de febrero de 2015

Chema, el perro del ojo de vidrio

Había una vez un perro que perdió su ojo en una pelea callejera. El cual fue sustituido por uno de vidrio. Era popular en su colonia. Todas las perras lo buscaban, a las hembras les gustan los machos malos. Pero él, además era simpático, todos los humanos de la colonia lo invitaban a comer y jugaban con él. Una vez se enfermó, y entre todos los vecinos cooperaron para llevarlo al veterinario. Chema era la envidia de los perros domésticos, siempre le ladraban desde los balcones, detrás de las rejas en las cocheras de las casas, todos le gruñían al pasar y pensaban: ¡guaf guaf!. Un día Chema siguió a una muchacha hasta la parada de autobús, había sol, entonces ella se movió un poco a la sombra. Lo que ella no sabía es que en esa zona, vivía uno de los malos. Quien al verla sentada a la sombra del árbol se acercó para secuestrarla. Chema no pudo hacer nada, todo ocurrió tan rápido, y el chico malo tenía un aparato de esos para electrocutar. No sabía que hacer, así que regresó a la calle donde ella vivía y ladró lo más fuerte que pudo, pero nadie le entendía. ¿Qué? ¿Qué tiene ese perro? Algo nos quiere decir. No. Es que tiene hambre. Dale un hueso ¿Qué pasa Chema? Se paraba en sus dos patas traseras para llamar más la atención pero nadie le entendía. Así que decidió irle a contar a los gatos que estaban sentados en una barda; pensando que tal vez ellos podrían ser de ayuda. Continuará...

jueves, 5 de febrero de 2015

Los poderes de la salchicha

A la mañana siguiente, cuando salchichón estaba en el sofá totalmente embriagado y perdido en llanto. Salchicha entró caminando por la puerta de la cocina, se detuvo a mirar a salchichón y le dijo: ¿Por que lloras? Aquí estoy, no me he ido. Las salchichitas se habían despertado con el portazo, quienes al ver a su mamá corrieron a abrazarla. Salchica les explicó que había sobrevivido al accidente porque llevaba puesta su playera mágica, la que le daba superpoderes. Salchichón estaba muy felíz. Esa noche hicieron el amor 0.5 veces porque las salchichitas se despertaron a media noche. Y así. Volvieron a su vida de salchichas normales...

miércoles, 4 de febrero de 2015

La salchicha prófuga

Había una vez una salchicha mujer que comía mientras escapaba de la justicia. En el camino, conoció a un salchichón del cual se enamoró. Después de unos años tuvieron hijos salchichas, dos para ser exactos. Se mudaron a otro país e iniciaron una nueva vida. Todo iba bien, hasta que un día, una de las salchichitas se le escapó a la mujer salchicha, mientras paseaban por el centro de la ciudad. Ese pequeño travieso estuvo cerca de la muerte, pues lo hubiesen atropellado a no ser que la mujer detuviera el tráfico con sus gritos. Sin embargo, en su intento por salvar al chiquitín, un coche golpeó a la salchicha mamá en la pierna, quien súbitamente cayó al suelo sin reaccionar. El salchichón y las salchichitas esperaban nerviosos al doctor en un pasillo del hospital. Entonces el doctor se acercó y les dijo: Me temo que salchicha falleció, le encontramos el corazón en una de sus piernas. Su corazón se detuvo tras el fuerte golpe y ya no hay nada que podamos hacer. Lo siento mucho. El salchichón, triste, salió del hospital. No sin antes abrigar a sus salchichitas con bimbollos. Al llegar a la casa el salchichón no tuvo más remedio que beber. El alcohol le hacía olvidar sus penas. Y la casa le recordaba bastante a salchicha, pero no podía irse, porque los pequeños estaban ahí.

martes, 3 de febrero de 2015

El niño que era alérgico a la arena

Había una vez un niño raro que usaba lentes grandes y cabello largo, le gustaba la playa, pero era alérgico a la arena. Entonces su mamá le ponía una alberca en el patio de su casa, donde los árboles de aguacate le parecían dos palmeras inmensas. Un día durante el atardecer mientras el niño se encontraba en el agua, la alberca empezó a tornarse oscura hasta la mitad; la otra mitad se quedó clara, pues estaba iluminada por los tenues rayos. Ahí, de pronto, y sin que nadie más viera, salió una orca. Abrió su gigantesca boca, mitad oscura, mitad blanca, y se lo comió.